Elijo…
ser yo misma.
Me estoy llamando,
me estoy encontrando,
me llevo en brazos
a lo alto de la montaña.
Enciendo un fuego,
observo las llamas
con la mirada firme,
sintiendo este momento
eternamente vivo.
Las llamas aceptan
todas las veces
que me he alejado
de mi misma,
buscando fuera
aquello que pensaba
que me llenaría.
Me quedo en paz
en mi abrazo interior,
al amarme tal como es,
el nombre que me eligió.